30 de diciembre de 2015

Fechas señaladas

¿Por qué justo antes de fin de año parece que todo lo que hacemos tiene más importancia? Ayer, esperando (sin éxito) dar una vuelta sin mojarme, subí a las Machotas, cerca del Escorial. "Seguramente, la última cumbre del año," comenté con mi chico. Fue la excusa para un selfie. Luego empezó a llover. Al fin, la lluvia. Que solamente fue nieve en la misma cumbre de Peañalara. El resto de Guadarrama quedo limpio y brillante para la Nochevieja,pero sin blanco que declarar de cara al Año Nuevo.

Y sin embargo, las Machotas, tan habituales en los paisajes de mi vida, se merecen una foto más porque las recorro justo antes de terminar el año. En realidad, es bastante prosaico todo esto...

Eramos tan jovenes...
Hace dos semanas celebramos el 60 cumpleaños de un amigo. Alguien que , sin duda, le quiere bien, nos juntó a más de treinta en su querida sierra de Gredos. También nos pidió a todos alguna foto que tuvieramos compartiendo momentos con el homenajeado y, con las aportaciones, editó un album. Yo contribuí con unas imágenes desvaidas (¡en papel!) que recuperé de milagro de uno de los archivos de mis tiempos de reportera del diario Marca - la mayoría de mi hemeroteca particular ha desaparecido en mudanzas, ataques limpiones, nuevos comienzos y algún que otro despido-. Casi me asusto al ver a aquellos chavales que reíamos de camino al Posets... el siglo pasado. Por entonces solía llamarte Ignacio. Y ya éramos viejos amigos.

Pero no únicos. Las fotos reunidas para el cumpleañero, que vimos proyectadas sobre una pantalla, resumían una trayectoria que, vista así, de seguido, impresionaba: Alpes, Andes, crestas pirenaicas, canchales de Gredos, bosques del norte y del sur, cuerdas y piolets, nieve, roca y hierba... y gente. Mucha. Sonriendo a la cámara. En tus fotos, Nacho, aparecen muchas cimas, pero aún más amigos. Instantáneas que no conmemoraban fechas señaldas, si no grandes momentos. De esos que perduran, ésos que nos llevamos son nosotros, al año que viene y a los siguientes. Los que nos queden, los que nos dejen.
... Y nevaba más en el Posets (1998?99?)


La vida puede ponerse muy de lado: a veces la ruta se complica hasta el filo del pánico. Sé que sabes de lo que hablo, pero el otro día ví como un montón de personas testificaban desde décadas de fotos que eres un gran tipo. Hoy y cualquier otro día. Mucha suerte Nacho, en el año que viene y en las cumbres que te esperan. Seguro que hay gente contigo para sacar las fotos que de verdad importan.

¡Un abrazo a todos y Feliz Año Nuevo!

7 de diciembre de 2015

Una de campañas

Por casualidad, estaba escuchando Radio Nacional ayer cuando se produjo la noticia del día: el "encontronazo" espontáneo entre Celia Villalobos y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados.
¿Y a qué viene esto en un blog de montaña? Bueno,  porque algo que dijo el líder de Podemos me trajo a la mente otro algo que, mira por dónde, sí puede venir al caso temático que generalmente me ocupa. Vale, y porque me he dejado llevar por la sobreinformación monotemática. Se me pasará en la siguiente entrada, de verdad.
Cuando no se sabe qué foto poner, un gato siempre queda bien. Este es el Gato Balu, no de Podemos ni del PP, sino de Wikimedia Commons

A lo que iba. Trataba doña Celia de cubrirse ante los ganchos de izquierda que el chico de la coleta - al que empezó llamando Sr. Iglesias para luego acabar con un "mira niño" desempapelado - le lanzaba envueltos en acusaciones de corrupción. "No son los partidos", tanteaba Villalobos, "son individuos... igual que en todas partes...". "No señora," interrumpía el otro. "¡La sociedad es honesta!" Para cuando al veterana del PP se dio cuenta de aquello y le aconsejó dejarse la demagogia en casa, llegaba cuatro o cinco frases tarde.

Esa idea de que la sociedad es honesta y los políticos -o por lo menos, según declaró Iglesias, los del PP - son corruptos, como si vinieran de Marte, puede quedarse en frasecilla de campaña... O en una reflexión sobre la facilidad con que la gente (y ojo, que la gente somos todos, usted y yo incluidos) justifica -o ignora- faltas propias mientras se enciende con las ajenas.

También se dice que la montaña es pura, y que los que la disfrutan y la aman comparten también esa limpieza en su espíritu. Que contemplar las cumbres fortalece el alma y muestra lo eterno y lo importante. Que las cosas mundanas dejan de tener valor frente a la naturaleza poderosa.

Yo sé de uno que dijo regresar de la cima del K2 cuando en realidad llevaba dos días agazapado en una tienda escondida tras una roca. Los (y las) hay que que solo hacen 6c+ en Patones sin testigos conocidos. O está el que asciende en "solitario" rodeado de personas que, eso es cierto, no son amigos suyos. Hay saltos de esquí que acaban en tortazos y rodadas pendiente abajo que no salen en FaceBook. Está muy feo pedir la baja por una luxación de oreja y aprovechar los días para disfrutar del Pirineo entre semana. Casi tan feo como difundir rumores sobre otro alpinista para que no nos haga sombra a la hora de visitar posibles patrocinadores. Es extraño que, al llamar a la Federación, el contestados nos indique que si queremos hablar con Comunicación marquemos el 1 y si queremos hablar con Prensa marquemos el dos. Ni las empresas del Ibex tienen esos dos departamentos separados, porque no cuadran en ningún presupuesto sensato. No se conocen casos notorios "doping"... pero tampoco hay controles en las competiciones "amateur". Y no sigo, porque no es agradable ni positivo listar miserias.

Tampoco creo que seamos más cínicos que los practicantes de cualquier otra disciplina deportiva, o que en cualquier otro aspecto de la vida. Lo que si pienso es que, o Iglesias se equivoca (en ese comentario; no voy a evaluar el resto de su campaña) o en este país deberíamos tener muchísimos más políticos.

30 de noviembre de 2015

Inicio de temporada: condiciones justas para el puente

Un breve apunte sobre la temporada de nieve que, oficialmente, comienza con el "puente de la Constitución" la semana que viene. Parece que las mayores acumulaciones están en el valle de Arán y Andorra, gracias a los frentes de norte. En Formigal hay condiciones justas y, auque una capa fina de rehielo proporciona condiciones estables, la falta de heladas está haciendo que las montañas pierdan su aspecto blanco a ojos vista. Las previsiones meteorológicas no auguran nuevos frentes y, según Meteoblue, en Formigal odría incluso faltar el frio necesario para innivar adecuadamente con cañones. Será cuestión de ver como evoluciona la situación.


Buen aspecto el sábado, sobre todo hacia el norte, a las laderas del Portalet y el Midi d'Ossau

El pasado fin de semana apenas había pistas abiertas en Formigal y eso que, excepcionalmente, bajaron el precio del forfait a la mitad (no se si como promoción de Black Friday o para evitar algún intento de linchamiento). Algunas, aunque cerradas, estaban cubiertas, tal vez a falta de alguna calva, o reservandolas para el puente: la segunda opción, por cierto, fue la que debieron suponer el más o menos 70 por ciento de esquiadores de todo tipo, condición y nivel, que ignoraban olímpicamente los letreros de "pista cerrada - no pasar" y se lanzaban a lo prohibido con más o menos estilo, pero en todo caso, en alegre masa.


Por cierto, me sorprende también la "unión" de Formigal y Panticosa que, aunque fisicamente no solo no están unidas sino que hay un buen trecho por carretera, aparecen como una sola estación en la web de Aramon, y así parece que suman dominio, kilómetros esquiables y pistas abiertas. El resultado es una información confusa, cuando no engañosa. En mi opinión, claro. Por ejemplo, este fin de semana se anunciaban 26 kilometros esquiables en el resort Formigal-Panticosa. Había que buscar la letra pequeña para comprobar que, de ellos, 26 correspondían a Formigal y 0 a Panticosa. Como para haber reservado en la estación... perdón, en el "sector" equivocado. Y, ya que lo mencionan, esa longitud me convence de lo increiblemente torpe que soy calculando distancias de pistas, porque no se me ocurre de donde salen 26 kilómetros esquiables, a no ser que contemos las pistas "cerradas sobre el cartel" o los pasillos de las cafeterías. Pero lo dicho, que soy fatal calculando así que seguramente es fallo mío.
Panorama menos optimista el domingo. Para orientarnos, al fondo, los Infiernos. 


19 de noviembre de 2015

Seguros Federativos: ¿Atención sólo en la Comunidad Autónoma emisora?

Atención a esta información remitida a clubes de montaña y confirmada por la Federación Madrileña de Montañismo:



"Se han puesto de acuerdo prácticamente todas las federaciones y compañías de seguros que respaldan las tarjetas de federado para que, a partir del 1 de enero, salvo los primeros auxilios, toda la atención médica tenga que ser prestada en la comunidad autónoma de la federación que emite la tarjeta," informan desde los clubes.

"Es cierto," confirman desde la Federación Madrileña de Montañismo. "Estamos pendientes de que la aseguradora confirme los términos y que la asamblea lo apruebe, pero ya se ha hablado de que esto va a ser así a nivel nacional." Ellos prefieren hablar de "urgencias" para designar los tratamientos que sí se recibirán en el lugar donde ocurra el accidente.

En la Federación esperan tenerlo todo listo y publicar los detalles junto con las cuotas de las licencias federativas de 2016 en unos días.
Sí, es de hace dos años. Me gusta el color. 


Básicamente, esto supone que aquellos que se federan en una comunidad autónoma diferente a aquella en la que residen, no tendrán opción de ser atendidos cerca de casa más allá de las urgencias. El hecho es intrascendente para muchos, pero lo cierto es que hay montañeros que eligen esta opción. Los motivos varían, pero principalmente se resumen en:

1. Razones económicas: muchos buscan lugares donde federarse sea más barato.

2. Coberturas: que varían de unas CC.AA. a otras, como también puede variar la compañía de seguros asociada. Recuerdo, por ejemplo que en 2011 algunas comunidades ofrecían un seguro de cobertura mundial que aseguraba solo hasta los 5.000 metros de altitud. Esto dejaba fuera a quienes planeasen visitar el CB del Everest, que se encuentra unos cientos de metros más alto y recurrían a oras comunidades donde el seguro internacional cubría hasta los 7.000m.

3. Ayudas a colectivos: como jóvenes, discapacitados, familias, etc.

4. Competición: La existencia de equipos de competición en los que poder ingresar podría ser un aliciente; así como formar parte de competiciones y/o copas regionales más interesantes, con subvenciones a los deportistas locales, existencia de grupos de tecnificación y/o entrenamiento, etc.

5. Motivos sentimentales: El deseo de federarse a través de un club con el que existen vínculos, a pesar de no residir en la zona. Yo misma he sido miembro de mi club de Madrid de toda la vida (y me federé en la FMM a través de ellos) a pesar de residir fuera de Madrid y fuera de España, según el momento.

Ahora, todos esos motivos serán insuficientes si nos arriesgamos a no poder recibir tratamiento (repito, más allá de las urgencias) fuera de la C.A. donde nos federemos.

También será interesante comprobar qué se considera "primeros auxilios" o "urgencias" y qué no. Por ejemplo, si tras administrar primeros auxilios un herido necesita traslado hospitalario, estabilización, pruebas diagnósticas e incluso cirugía... ¿Todo esto se considerará "primeros auxilios" o "urgencias"? Podría ser un problema tras un accidente en, pongamos, Pirineos si el herido reside en, pongamos otra vez, Málaga. Además, en ese caso, ¿Cubrirá el seguro el traslado en ambulancia? ¿Y si el herido está estable pero no puede trasladarse por si mismo a la comunidad emisora de la licencia? ¿Se incluyen las pruebas diagnósticas preventivas (como por ejemplo en caso de traumatismos craneoencefálicos o posibles roturas de ligamentos)? ¿Y las estancias hospitalarias de 24-48 horas? Son muchas preguntas que esperemos que responsables de las federaciones implicadas se ocupen de explicar y aclarar, y que es aconsejable comprobar antes de renovar o solicitar nuestras licencias del año 2016.


13 de noviembre de 2015

¿Y la boina?

Hoy, prueba de agudeza visual, queridos: ¿Qué veis en la foto?


Pues sí, es Guadarrama. En concreto, son las vistas desde una parte del edificio en el que tengo uno de mis trabajos. Más en concreto aún, son las vistas desde los servicios de la segunda planta. Sí, mola el baño con vistas. 

Si os fijáis, veréis la Pedriza y, sobre ella, las líneas de Cuerda Larga. Las lomas destacadas a la izquierda son cabezas de Hierro. No pongo más fotos para no dar demasiada envidia, pero también se ven bien bonitos los Siete Picos, Abantos... o, de refilón, la Siera Norte hacia el otro lado. 

Lo que no se ve, decía... es la  boina de contaminación. Tal vez porque estoy mirando en la dirección equivocada, pensaréis. Vale, es cierto que mirando hacia Madrid desde la sierra se tiene que apreciar mejor la basurilla en suspensión que respiramos cada día. Tampoco es que no exista. Creedme los de fuera que realmente Madrid huele estos días a humo de motor diesel. Y además, la boina estaba ahí ayer, quieta sobre (o seguramente por delante de) las cumbres de Guadarrama. Hoy hay neblina, inevitable en días de inversión térmica y anticiclón, pero no tiene el mal color de días pasados. 

La claridad de las vistas mejoró ayer por la tarde. Menos mal. También los augurios sobre la adopción de medidas "de excepción" en la capital pareció verse con ojos más optimistas. O eso ha dicho la alcaldesa hoy en la radio. Asegura que ayer a las diez parecía que todo iba bien. Y que por eso no confirmó las prohibiciones planeadas, e incluso se publicó en Twitter que la cosa tal vez no pasaría a mayores. Pero que a las diez y media hubo "un cambio muy grande". Y que por eso activaron el "nivel 2" a las 10:45. Bueno, al menos en Twitter lo publicaron bastante más tarde, cerca ya de medianoche. Y yo me enteré de milagro. Otros, no. Que no se enteraron, quiero decir. Y se ha liado, claro. 

Esta mañana, al fin, los madrileños ni nos hemos acordado de Cataluña: teníamos otro tema de conversación. Los que no son de Madrid, de hecho, también se han unido a la fiesta. En la radio, oyentes de todo el territorio nacional explicaban lo que nuestro ayuntamiento hace bien, lo que hace mal y lo que tendría que haber hecho. Un tipo de Zaragoza proponía colocar semáforos de cinco minutos de parada en M30 y M40. Gracias. Yo a lo mejor, a cambio, os propondría que desbordéis el Ebro para regar las calles.

Al final, las consecuencias para mí han sido una hora menos de sueño, tres euros, unas carreritas entre paradas de autobús y 20 minutos de retraso en un trabajo. Y ver que la boina (o al menos su extremo oeste) ya no estaba ahí. Que sí, que la cosa mejora.  Lo digo para que el ayuntamiento no me bloquee el coche el fin de semana y me dejen subir a la sierra, para ver la boina desde fuera, si la hay. 

5 de noviembre de 2015

Ya está aquí ¿para quedarse?

Hablo de nieve, claro... Antes de que me coloquen elpost en una recopilación de previsiones políticas.

Aun no se ha asentado noviembre y ya amenazo con el monotema de todos los inviernos: condiciones, espesores, calidades... Y, de nuevo, hablo de nieve, no de colchones de viscolatex.

Que ha caido nieve lo sé, porque he podido disfrutar de unas prometedoras imágenes en blanco publicadas por la página de FB del refugio de La Renclusa, y por las webcams de Alberguesyrefugiosdearagon.com , una de mis referencias continuas cuando me invade el síndrome claustrofóbico urbano y quiero echar un vistazo virtual a los Pirineos.

El Posets, esta mañana, desde Viados. http://www.alberguesyrefugiosdearagon.com
Lo que no sé es como se prevé el invierno. Mira que cada año leo (no debería, pero me puede el morbillo) a los agoreros otoñales que lanzan sus previsiones al viento sobre si será o no un buen año de nieve. Generalmente se basan en fenómenos "globales", en especial en el comportamiento del Niño. Aunque si la equivalencia funciona, más vale que este año busque buenas noticias en el Calendario Zaragozano, porque con un Niño tan super-activo como el de este otoño, los esquiadores vamos a tener que pasarnos al piragüismo. Y es que dicen (lo oí el otro día en Radio Nacional, pero no encuentro el enlace) que con "Niños" intensos traen inviernos humedos (bieeenn) pero templanos (ufff, igual mal).

Estas imágenes de hoy en Pirineos son atractivas, sin duda. Pero basta un día de lluvia para que cambie el panorama. Bien lo saben en Picos, donde tuvieron una buena capa de nieve nueva la semana pasada que duró 12 horas - hasta el siguiente chubasco. Dicen que, al menos, las nevadas efímeras sirven para ir enfriando el suelo, que así luego permitira que la nieve se acumule más deprisa. No podría asegurarlo, pero la cosa es que al menos en zona centro, y en los días que he pasado recientemente en Pirineos, no he notado precisamente frío. Aunque me falta conociiento para dar una opinión valorable. Me mueve más la eseranza que la ciencia, y eso es lo que pretendía mostrar en este post.

23 de octubre de 2015

El ñu cojo

La del ñu cojo es una teoría que vengo detallando en mi cabeza desde hace un tiempo y que sale de mis propios miedos. Sobre todo, desde que empiezo a tener demasiados años y entreno demasiado poco. Me vino a la cabeza de nuevo hace un par de semanas, durante un fin de semana de bici de montaña en que comprobé, para mi mal, mi pésimo estado y la magnífica forma en la que se encontraban muchos amigos y conocidos.

No quiero calcular ni las horas ni los kilómetros en los que arrastré penosamente la bici, tanto en subida como en bajada, por aquellos rinconces, tan interesantes como poco llanos, de la Cordillera Cantábrica. Puestos a aventurar porcentajes, sin embargo, creo que sufrí dutante el 90% del recorrido. Por supuesto, toda actividad física incluye un cierto grado de agonía, pero también hay una cantidad de dolor que deja de compensar: la que supera claramente a los momentos gratos - esforzados, intensos, sudorosos, a veces tensos, pero gratos. Más allá, la única certeza mientras haces preguntas inútiles (sobre todo ¿Por qué estoy aquí?) y tu autoestima se derrumba, es que te has equivocado de salida y que tu papel es el de un personaje inevitable, necesario y desgraciado.

El otro día, respoplando, un ñú cojo arrastraba su bici por las laderas del macizo del Mampodre. 

El ñu cojo es ese que va siempre tragando polvo en la cola de la manada, durante la migración anual al Serenguetti. Los cámaras de documental suelen dedicarle un par de planos dramáticos, como advirtiendo de su destino, al trote irregular,la cabeza ladeada y el par de mugidos desafinados que dirige a dos gallinas de Guinea que le miran impertérritas. Después, la cámara siempre hace zoom a las orillas de un río cercano, donde aguardan los cocodrilos. Nunca se calientan demasiado la cabeza los guionistas. Ni los que miramos la tele a la hora de la siesta, que lo vemos venir. Es una deducción sin esfuerzo, que son las que molan a esa hora, y sonreímos con suficiencia. Porque los ñus cojos no dan pena, ni gloria. Entre otros seis millones de semejantes, no resultan tiernos, ni especiales, ni sujetos de más derecho que el de las leyes de Darwin. 

Además, no es que estemos siendo crueles sino geopolíticamente inteligentes, porque los ñus cojos, nos explican, son muy importantes. Gracias a ellos comen los cocodrilos, que también tienen derecho a cenar. Y gracias a ellos, sobre todo, se salvan los otros ñus: los grandes, sanos, jóvenes en edad de merecer o expertos-veteranos-aunque-todavía-ágiles, los reyes del cross-fit y los que, además de cuádriceps de acero, llevan pepinos de 3000 euros con doble suspensión y cuadro de carbono. 

Ya sabemos, insisten: es el ciclo de la vida. Muchas gracias, Rey León de los coj...

Ñu, no sabemos si cojo, pero al menos colgado en "abierto" gracias a Wikimedia Commons. 

PD: Y lo peor de todo, amiguitos, es que si sobrevives a los cocodrilos, la experiencia no te hará más sabio, sino más malvado. En la próxima salida tendrás más cuidado con tus límites y con los objetivos, y mirarás atentamente, antes de empujar el pedal, buscando otro ñu más cojo que tú, que te libre de los cocodrilos, y de la suficiencia de los televidentes. 






23 de septiembre de 2015

Non fiction: el Thalay Sagar de Alex Txikon & Co.

No es el Everest, es el Thalay Sagar. No es un film basado en hechos reales, sino un trailer de los hechos reales que llevaron a Alex Txikon y sus compañeros hasta los 6.420 metros en mixto, a lo largo del pilar Noroeste de este montañón del Himalaya de Garhwal (India).Sirve de aperitivo mientras esperamos más tomas y una crónica completa. Los expedicionarios comentaban que los teléfonos satelitales estaban prohibidos, por lo que las comunicaciones han sido escasas... Bueno, como en los viejos tiempos.  Echadle un vistazo al vídeo, que Txikon ha colgado en su página de Facebook:

VIDEO

Datos y croquis de la nueva ruta (ascensión parcial)
Por cierto, para curiosos: el nombre de la vía, Askatasun Taupadak, significa "latidos de libertad en el corazón" y es el título de una canción de Kutxi Romero de Marea (cantando con el Drogas ¿Os acordáis de Barricada?

17 de septiembre de 2015

Primer espolvoreado de la temporada por venir :-)

¿Y qué si no dura nada? ¿Y qué si se va con un rayo de sol o unas gotas de lluvia? Ha caído, eso es lo importante. La cumbre del Perdido ya no es tan gris. Parece un espejismo, pero los creyentes vemos un anuncio.

Imagen de la webcam del refugio de Góriz, auntando a las Tres Sorores (macizo del Monte Perdido), esta mañana. Imagen de Albergues y Refugios de Aragon. 
La cosa es como se suele decir, que vaya enfriando... Y hay quien lo lleva cada año peor. Apenas estamos a mediados de septiembre y ya empiezan a torcer el cuello buscando blanco en las alturas.

9 de septiembre de 2015

Demasiado bueno para ser FEDME

Llego a casa y abro el correo. Tengo un email de la FMM (Federación Madrileña de deportes de montaña y escalada), que me ha sido enviado hace una hora. Veamos.

¡Hala, me invitan a ir al Everest! ¡Ole, la casa por la ventana! Al menos en lo que se refiere a titular correos. Luego, claro, resulta que no es para tanto, pero aún así son buenas noticias: Anuncian que los federados pueden asistir al preestreno de la película Everest el próximo día 15. ¡En 3D!Será un segundo prestreno, porque he leído en el Facebook de Calleja que él ya estuvo "preestrenándola" ayer... Pero qué mas da.


Buenas noticias por email - llegado (como puede verse arriba a la derecha) una hora antes a mi bandeja de entrada.


No me importa, porque ¡al fin mi tarjeta federativa sirve para algo! Después de no ver ventaja alguna tras pagar más de cien euros, tener que hacerme otro seguro porque me llueven historias de miedo sobre lo que ocurre cuando tienes un accidente de montaña y recurres a ellos; después de advertirme e un email de que si quedo inconsciente y los cuerpos de rescate cometen el error de llevarme al hospital publico de referencia (a dónde me iban a llevar, ¿a una floristería?) los amigos de Mapfre me rebotarán todas las facturas (que al parecer reciben a su vez ed la seguridad social) para que las pague yo; después de ver cómo mueren en vida las actividades que amaba y no se hace nada ante problemas acuciantes como la situación de los espacios naturales de la comunidad (léase SOS Pedriza)... Al menos voy a ir al cine. Por cortesía de la FEDME (la fede española) y Universal Pictures.

¿Habrá que llevar el gore-tex y el casco, igual que los "jedis" que acuden en formación a los estrenos de Star Wars? Bueno, yo me apunto antes que nada y ya miraré el código de vestimenta... Me dispongo a rellenar el formulario y leo: "Escoge dónde ver la pel·lícula". ¿Pel·lícula? ¿Es una clave...? No. Es catalán. Hmmm... Parece que la Federación Española  va siendo cada vez más "espanyola"... Pero oye, lo que decía, me da igual. ¡Que me voy al cine, cómo mola!
Allá "pel·lículas" 

Relleno el formulario (sin google translator ni nada), incluyo mi número de federado, acepto las condiciones. Y click. Ya está.

No. No está. No quedan entradas para la ciudad de Madrid. ¿Sólo una hora tras enviar la noticia? ¿En un día de diario, a mediodía? Pues qué cine tan pequeño habrán elegido. O que pocas entradas disponibles. O cuántos se habrán enterado de la oferta antes de que llegara a los federados vulgares.

No tengo respuesta. No tengo ganas de buscarle la gracia. Pero, sobre todo, no tengo entrada.

En fin, al menos cuando vaya a ver la peli con público "de paisano" no tendré que protegerme con el casco de las caídas de palomitas. Ni llevar escrito en la frente que, si tropiezo con los crampones y me caigo escaleras abajo todo el patio de butacas, me lleven a donde diga la aseguradora.

Y yo me pregunto... ¿Con quién se habrá federado el tío de la escalera?

4 de septiembre de 2015

Vacaciones en el muro

Vale, me tengo que poner las pilas. Es difícil sacar tiempo. Podría llenar párrafos contando penas profesionales y demás, para redondear las excusas, pero para qué... Mejor intento reavivar esto como buenamente pueda.

Y como pueda es... Bueno, no largando las fotos de mis vacaciones. Y eso que podría, porque tengo unas cuantas, aunque solo estuve fuera una semana (otra vez, evito derivar a contar penas).  Como oigo con cierta frecuencia: lo que no quieras para tí, no lo quieras para los demás. Y la verdad es que el trimestre veraniego ya viene bastante sobrecargado con las maravillosas experiencias de "los demás", como para añadir las mías encima. De hecho, últimamente procuro no abrir FaceBook. Sobre todo, porque mis "amigos" han pasado de publicar una foto y gracias, a ilustrarnos con colecciones completas. Para qué seleccionar, cuando puedo volcar la SD completa. El otro día me amenazaron con unas "instantáneas" de una boda desconocida - 168 instantáneas, para ser exactos. No me lo creo: nadie tarda tanto en casarse sin arrepentirse en algún momento del proceso.

 Es más: como saben que miras, se supone que debes comentar, cortésmente, con un "AAhhhh!" y un "me gusta" y esos emoticonos gordos horribles que se insertan ahora. No veo a nadie que se atreva a compartir con sinceridad y transparencia lo que realmente pensamos:  "Ah, sí, la ruta en bici del Danubio... Me alegra que la disfrutaras. A mí me pareció un coñazo." 

Claro que no me extraña que todos publiquemos sin descanso, porque las vacaciones en FB son maravillosas, mucho mejores que en cualquier otro lugar. En el muro todo es luminoso. Nunca hay arena en la paella del chiringito y uno llega a las cimas de las altas montañas sin muestras de cansancio. Esas cosas blancas que siembran los recodos de los senderos son flores, no kleenex. Nadie pincha cuando monta en bici, ni se echa atrás cuando ve la escalada, ni se aburre al decimoquinto templo desconchado. Las parejas no discuten, solo se abrazan con el sol poniente detrás y el palo de selfie delante. Y no se les ve bien porque no usan el flash de relleno y se quedan a contraluz. Aunque nos imaginamos que es todo ideal. No hay manera de distinguir entre las sombras las menciones a tu madre ni esas entrañables peinetas que puntúan el final de los que siempre dicen la última palabra.

Simpática escena veraniega animando el agua mineral. 

Además, es increíble lo muchísimo que viaja la gente. De pronto, están todos geolocalizados en Google Maps  atomarporc...  Y mientras, digo yo: A ver,¿dónde os habéis dejado al gato? Sí, el mínimo que ocupaba vuestras vidas y vuestros muros haciendo cosas increíbles como... no sé... ¿maullar? ¿Lo habéis mandado de campamento? ¿De Erasmus? Ya, claro... ¡Qué duro es caerse del trending topic! Harán falta siete vidas para aguantar siete veranos.

Porque... ¿No pensaréis que esto es envidia, no? Para nada. Lo que pasa es que me estoy haciendo de rogar. Porque en realidad, he estado en un sitio precioso, precioso. Estoy agrupando las fotos del movil, de la tablet, del las googleglasses de sol y del dron (ya hay que ser panoli para salir de vacaciones sin un dron que te siga a todas partes). Y os vais a enterar. Ya podéis reservar megas.

24 de julio de 2015

ACTUALIZADO - Cumbre en el Karakorum - Jannick Graziani corona el GI

"Très difficile, beaucoup de neige mais très beau temps et vue fantastique!" El comentario es del (gran) alpinista francés Yannick Graziani, hace unos minutos desde la cima del Gasherbrum I, también conocido como Hidden Peak. Graziani espera, si no hay cambio de planes, ascender también el vecino Gasherbrum 2. 

¡"Video-selfie" de la llegada a la cumbre!

Yannick Graziani, hace unos días, señalando el objetivo. ¡Enhorabuena!




Hemos visto la noticia aprovechando un respiro entre trabajos y viajes para mirar hacia la cordillera del Karakorum, en Pakistan, donde un pequeño -pero correoso - grupo de "habituales" se han reunido una año más, pese a advertencias sobre (falta de) seguridad en la zona, el triste recuerdo de ataques al campo base (como el del año pasado en el Nanga Parbat) y, como siempre, las duras condiciones meteorológicas de esas montañas. Hace dos días, una avalancha acabó con la vida de un guía Pakistaní en el Broad Peak y dejó varios heridos.

Pese a todo, decía, una mini ventana de buen tiempo ha lanzado a todos los alpinistas preparados para ello hacia las cumbres de los Gasherbrum, el Broad Peak y el K2. Sobre el K2,  Alan Arnette publicaba hace un par de horas (en la mañana del 24 de Julio) que el equipo liderado por el "multiaventurero" suizo/sudafricano Mike Horn había salido abriendo huella del C3 hacia el C4 pero que, por lo que se apreciaba en el tracker (un geolocalizador) que lleva la expedición, parecía que se habían dado la vuelta. Mejores noticias acaban de llegar, como anunciábamos, del GI. Estaremos ahora pendientes del descenso de los alpinistas. En el Broad Peak, se encontraban las expediciones de Oscar Cadiach, por un lado, y de Oiarzabal y Zerain por otro. Según las ultimas noticias, podrían intentar también la cumbre hoy. ¡Suerte a todos!


ACTUALIZACIÓN: El catalán  Ferran Latorre consiguió la cima del GI junto a Graziani, Thomas Seidensticker y el Pakistaní Sadiq. En el GII, hollaron la cima miembros del equipo de Kari Kobler y los chilenos Tomas Road Purcell, Matte Rafael Dominguez i Martin Gildemeister Budge. No hubo suerte en cambio para los españoles que intentaban el Broad Peak. La única cima reportada (aun no confirmada a la hora de redactar esta actualización) en esta montaña corresponde al polaco Andrezj Bargiel, que perseveró donde otros muchos fueron derrotados tras horas luchando en malas condiciones. Esto es lo que dice de él Chris Jensen Burke: "A strong Polish chap in his 20’s from the Polish ski team advised us he reached the summit (on 25th or 26th) – I would kind of put him in the category of super human and I would like to have some of what he is on… a nice chap and yesterday he went to another mountain to provide rescue assistance to a fellow Pole." No solo eso, sino que además, según otros equipos en la zona, descendió esquiando. No ha habido cimas, y por desgracia si un fallecido (Kami Sherpa, explica Alan Arnette), en el K2. 

Ferrán Latorre en el GI


6 de julio de 2015

¿Prohibir los perros en el Parque Nacional de Guadarrama?

Un domingo de junio en la cima de Peñalara, el punto más codiciado -por ser el más alto -  del  "Parque nacional de la Sierra de Guadarrama". Miro a mi alrededor y observo a unas 30 personas alrededor del vértice geodésico, media docena de lagartijas y tres perros. Uno de ellos acaba de cruzar con éxito la cresta de Claveles. Su dueño se muestra triunfante. El perrillo (un baset, creo) le mira con la lengua fuera y los ojos muy abiertos. No tengo ni idea que quiere decir un perro con ese gesto, pero no me parece una señal de triunfo. Aunque debe de tener muchísimo mérito transitar la cresta de bloques de granito que une el risco de Claveles con la cima de Peñalara, con esas patitas tan cortas. Los otros dos perros son más grandes y parecen mas relajados. Ambos han culminado la ascensión por la ruta normal. Ninguno de los tres va atado aunque, ma´s abajo, observo que uno de los dueños lleva la correa en la mano.
Dos hermanas y Peñalara, desde el camino más transitado.

El macizo de Peñalara, tanto la cumbre como, sobre todo, las lagunas y charcas al pie de la cara sur, tienen un nivel de protección altísimo, y es normal: en la zona viven varias especies protegidas, entre ellas una ranita blanca - a la que confieso que no he visto en mi vida - y algunas mariposas como la Graellsia Isabelae, mucho más bella que la reina (la segunda de su nombre) en cuyo honor fue bautizada. Por otra parte, la zona recibe una presión humana muy fuerte debido al gran número de visitantes, por lo que las autoridades del parque han impuesto estrictas normas, sobre todo en lo concerniente al paso. En gran parte del recorrido se prohíbe explicitamente salirse de los caminos marcados. Sin duda ello merma la sensación de libertad y, desde luego, no se parece (al menos en verano) a la montaña "salvaje" que descubrimos los de mi generación y anteriores, en nuestra juventud. Pero, asímismo, no hay otro remedio. Todos tenemos derecho a disfrutar de las vistas, el aire fresco, las rocas, los lagos y los piornos amarillos y no queda otra que pasar con todo el cuidado del mundo, para que el entorno no quede permanentemente dañado.

De ahí lo de la prohibición de llevar a los perros sueltos. De hecho, no es la norma más restrictiva que he visto. En el parque de Midi Pyrenees, al cruzar la frontera francesa, los perros no pueden salir del coche, ni con ni sin correa. Soy testigo de que la norma se aplica - para mal, por ejemplo, de unos amigos con los que ascendí algunos cerros cercanos al Portalet hace dos inviernos. Volvieron a casa con trescientos euros menos y un perro nervioso tras haber pasado horas en la furgoneta.

Este domingo del que hablo, hace un par de semanas, no ví ningún perro atado en Peñalara. Ni en la cumbre, ni de camino a la laguna de los Pájaros, ni en la cuerda que lleva a Dos Hermanas. "Pero mi perro está muy bien adiestrado," dirán algunos. Bueno, desde luego que de las mascotas con las que me crucé, ninguna era un animal enloquecido ni agresivo. Si acaso curiosos, nerviosos o muy cansados - la mayoría de ellos eran perritos urbanos con patas cortas y poco músculo, confirmando los estudios que afirman que España es el pais de la UE con más perros por habitante, y también el país en el que los perros son, de media, más pequeños.- Los más energéticos, en cambio, olisqueaban, corrían de aquí para allá y perseguían lagartijas y otros bichos... o al menos lo intentaban. Estaban siendo perros, ni más ni menos. E incumpliendo las normas. Pero es que los perros no saben leer. Me da igual lo que piensen algunos dueños: ni leen, ni asumen la conveniencia de no bañarse en las lagunas a través del razonamiento discursivo.

De regreso pregunté en el centro de visitantes del parque. La persona que , muy amablemente, me atendió, me explicó que efectivamente está prohibido llevar a los perros sueltos y que, de hecho, los vigilantes a la entrada del parque controlan que todas las mascotas pasen correctamente sujetas. Al parecer, los dueños les dan la condicional tras la primera curva del camino. Es muy dificil controlar que esto no ocurra. "El problema," explicó la informadora,"es que ya se está discutiendo la opción de prohibir definitivamente la entrada de mascotas." Al final, decía apenada (seguro que también tiene perro), se cortará por lo sano.

Respecto de este comentario me surjen algunas dudas, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez hay más personas que salen con sus perros a practicar deportes de aire libre. Tengo un amigo que -no se me ofendan -  habla del trinomio "escalador 'lolo', chica gri-gri y perro porculero" que puebla los pies de pared de escalada deportiva. Mi amigo, hay que explicar, ha tenido algún episodio amargo cuando el tercer elemento del equipo antes mencionado ha aprovechado los bucles de cuerda para tenderse a echar una siesta (o peor). Por otro lado, muchos de esos escaladores no entenderian ya salir sin sus mascotas. También conozco algunos perros que han hecho más tresmiles en invierno que yo, y otros capaces de completar ultra-trails. Con esto queiro decir que hay de todo - todo tipo de perros, de dueños, de lugares y actividades. La cuestión es que, en favor del bien común, no se puede personalizar y que, cuando al final se aplican medidas coercitivas, afectan a  todos por igual. Si acaso, los mas perjudicados resultan aquellos que sí cumplian las normas, porque merecian menos el endurecimiento de las regulaciones.

Ahora, que no seré yo quien diga a nadie lo que debe hacer. Porque, después de todo, yo no tengo perro.
Normas del parque, impresas en los folletos explicativos disponibles en le centro de interpretación.



29 de junio de 2015

Una vez, en otra vida, escribí "¡Cumbre!"

"Yo sólo quería estar en una redacción..." La frase de hoy es del primer episodio de la serie The Newsroom. Me habían advertido contra ella. Demasiado triunfalista, dicen, demasiado americana. Pues vale. Yo también quería estar en una redacción. Con toda mi alma de periodista. De aquello que era. De aquello que fui en otro tiempo, en otra vida.

En realidad, pasé años en una redacción. Ruidosa, en algunos casos, silenciosa y escondida en un viejo piso del barrio de Chamberí en otros. O rodeada de trigales, en mitad de un destierro que cambiaba de color con las estaciones. O sobre las calles mojadas de la ciudad de las novelas. O bajo tierra, insonorizada en un estudio de radio.

Nunca cubrí grandes acontecimientos, de los que cambian en mundo, como en las series. Hablaba de montañas, de largos viajes, de cine y de música. De fines de semana recorriendo montes y noches bajo las estrellas. De deportes, de superación y de fracasos. De la vida misma en tiempo de ocio.

Pero recuerdo la emoción. El teléfono que suena en una oficina a oscuras y, al descolgar, trasmite una palabra. "Summit". Desde Pakistán. O el momento de entrar en antena, agotada y con fiebre, que desaparece por completo en el momento en que me ajusto los cascos y, con la mano, indico a control que bajen el volumen de la cama musical, para dar paso a mi propia voz, desdoblada aquí y en lugares donde nunca he estado. Y los cigarrillos en tiempo de espera, y las diapositivas amontonadas junto a la mesa de luz...

Yo estaba en una redacción y era exactamente donde quería estar. La vida pasaba y mis compañeros de promoción formaban familias. Yo hilaba historias de triunfos y fracasos, de piolets cortando el cielo y de soñadores expirando sobre el hielo. Tenía el mejor trabajo del mundo, pensaba, aunque al parecer tuviera, no sé por qué, que pagar por ello.

También cometí muchos errores y dejé pasar algunos triunfos seguros. No tuve en cuenta el daño que hacen quienes buscan otros objetivos. Para mí el fin estaba en el medio - en el medio de comunicación. Era importante. Estaba allí para contar cosas, para compartir, desde antes de las redes sociales; como si hubieran inventado nada nuevo. Aún no entendo bien qué ocurrió. Supongo que el mundo siguió girando y yo debí salirme en algún punto de la curva.  Es como cuando hablas, y hablas, y de pronto te das cuenta de que no hay nadie escuchando al otro lado.

Supongo, también, que he sobrevivido. O he ido tirando. Ahora hago otras cosas. No sé bien qué contestar cuando me preguntan qué soy. Es más facil, creo, decir a qué me dedico. A ir tirando ¿no? en los tiempos sombríos.

Yo quería estar en una redacción. Sentir la vida latiendo en cada titular, intuir una vida tras las preguntas y respuestas de una entrevista. Pero la vida no es como en las series de televisión. Ahora busco en otras vidas - no sé... un micrófono. Un medio. De comunicación.



23 de junio de 2015

Juanito Oiarzabal no se rinde

"Estoy harto hay un enterado que escribe en la página de Barrabés un comentario acerca de mi expedición que sepa que me la pago yo con mi dinero entérate antes de hablar se identifica como krampones !!!"

La interjección, reproducida literalmente (sin puntuación porque es un registro de audio transcrito automaticamente) y publicada en su perfil de FaceBook hace un par de días, es de Juanito Oiarzabal. Entre otras muchas cosas, hay que reconocerle que ha conseguido marcar un estilo inconfundible en sus declaraciones.

Selfie de Juanito en Skardú, ayer, junto a Alberto Zerain (bonita gorra).
Este año juntan fuerzas en el Broad Peak. 

Precisamente su discurso que, si fuera de otro, muchos describirían como "campechano" y que para el caso del alavés normalmente recibe calificativos bastantes más duros, le ha traído no pocos problemas. Pero también le ha dado a conocer a todo tipo de audiencias, no se sé si como el mejor de los himalayistas, pero sin duda como el que habla más claro. Yo diría más: puede acertar o equivocarse en lo que dice, pero no le he oído nunca declarar algo que él no creyese cierto. Esto me recuerda las palabras de un profesor de Constitucional en la universidad: "Cuando oigáis a alguien que dice: 'Mira, te voy a ser sincero'... ¡Huid, huid lo más rápido que podais!" 

Conozco a Juan Oiarzabal desde hace dos décadas, periodisticamente hablando. Como explicaba en un post anterior refiriéndome a los profesionales del mundo de la montaña, no somos amigos: es decir, no nos felicitamos por los cumpleaños ni nos vamos de bares o de pintxos cuando uno visita la ciudad del otro. En cambio, sí le he seguido por algunos montes menores haciendo fotos, hemos compartido cenas de refugio, ruedas de prensa y, sobre todo, muchas charlas, cara a cara y por teléfono. He escuchado su voz y (y una buena ristra de exabruptos) desde Nepal, Groenlandia, Pakistán, algún desierto en Asia menor o una taberna del casco viejo Gasteizarra... desde la puerta de un salón de actos donde le homenajean, o un hospital pakistaní con los dedos y la moral amputados. He informado de sus actividades, sus logros y sus intentos fallidos, de sus planes y sus cambios de planes. También he callado más de lo que he escrito - y me ha dolido ver que otros periodistas se regozcijaban transcribiendo ciertas frases que hubieran necesitado un contexto de tres capítulos y que ellos dejaron en un titular a cuerpo 48. Sinceramente, en algún momento me pareció que su brújula podría haber dejado de marcar bien... Pero a mí nunca me pagaron para opinar, ni menos juzgar las decisiones de los demás. Bastante hago equivocandome con las mías. 


Desde hace tiempo sigo los posts de Juanito en FaceBook. Esquia o monta en bici casi a diario. A menudo le acompaña su hijo Mikel. Tiene buen aspecto en las fotos. Es más, en la mayoría de ellas sonríe. No sé qué más hace, ni si seguirá guiando en Argentina durante el verano austral, o con aquel reality show de la EiTB... Sigo sin opinar ni juzgar, pero informo de que el señor Oiarzabal continúa en activo. Que en estos momentos se encuentra otra vez en Pakistan y que se dirige al Karakorum, donde espera ascender el Broad Peak junto a Alberto Zerain. Aunque ambos son de la misma ciudad, no me suena haberles visto antes hacer cordada en un ochomil...pero, repito, hoy no opino. Como tampoco voy a disertar sobre qué me parece que, a tenor del nombre de su expedición (ver la foto), siga empeñado en el proyecto de repetir los 14 ochomiles. 2x14x8000 dice. Pues salen 224.000. No sé si la cifra tendrá algún significado. Pero sí sé,porque lo ha dicho bien clarito, que la expe se la paga él. Seguramente tenga apoyo de algunos patrocinadores, que le den material (los veo en el cartel). No tengo ni idea de si tiene algún tipo de ayuda institucional, pero no tendría que ser específica para la expedición, así que básicamente, lo que dice no tiene por qué no ser cierto. Yo, hasta que no se demuestre lo contrario, le creo (lo que no puedo decir de otros compañeros suyos de profesión). Y, de verdad, me alegra ver que sigue ahí. El el Broad Peak o, incluso mejor, en el Gorbea. 

18 de junio de 2015

R'n'R

¿Rock & Roll? No, aunque lo parece... O sí, según se mire. Me explico: el acrónimo resume la expresión "Rest and Recovery" - en español, descanso y recuperación - y hace referencia a una fase fundamental de toda práctica deportiva. Despues de todo, el machaque sin final suele acabar, de hecho, teniendo un final bastante malo y que se desencadena en el momento más inoportuno: justo cuando uno necesita energía más que nunca. Aplicado al alpinismo de gran altitud, viene a decir que o coges fuerzas antes del asalto final a cima, o te arriesgas a perder más que la cumbre.

En las expediciones al Himalaya, al esfuerzo que suponen las sucesivas ascensiones parciales para aclimatar y (si no se tienen sherpas que hagan el trabajo) equipar la ruta y los campos de altura, se une el desgaste por permanencia en altitud y expuesto a duras condiciones ambientales: frío intenso, tormentas, viento, también ratos de sudar a mares... Las consecuencias de la altura son también notables, y no sólo cuando se llega a la famosa "zona de la muerte", sino permaneciendo días a partir de (según los casos), 3.500 metros.

Otros factores de desgaste son psicológicos. Como he dicho varias veces, los picos del Himalaya "tiran bocaos" y, cada día que se pasa a sus pies, mirando hacia arriba, puede decrecer la motivación... o aumentar el sentido común; ése que pregunta insistente qué se le ha perdido a nadie allí arriba, qué sentdo tenía a gastar tantísimo dinero en algo tan estúpido, qué tenían de malo las vacaciones en la playa... y demás cuestiones impertinentes. Para hacer algo tan objetivamente peligroso para la salud y, físicamente, tan doloroso, hay que tener una motivación y una fuerza de voluntad a prueba de todo. Cuanto más alta es una montaña , más hay que querer llegar a la cima. Y unas semanas en un campo base sobre un glaciar pueden hacerte odiarla, no desearla.

Por tanto, todas las expediciones tradicionales, llamadas a veces "de asedio", estipulan que, antes de lanzar un ataque a la cima, se debe descender, al menos, a una cota en la que el oxígeno sea más rico. Dependiendo del lugar, ésa zona "segura" puede venir marcada por una altitud concreta, por la aparición de árboles, o por un sentimiento personal de que "ahí se respira" mejor, no cuesta moverse... lo que se llama un bienestar general. A menudo, los alpinistas bajan a un lugar donde, de paso, puedan dormir bajo techo - generalmente los primeros núcleos habitados que encuentran en el camino. Cualquier alojamiento hiper-básico se ve como un avance después de dias mirando la lona de una tienda.
Las imágenes muestran (Arriba) a un expedicionario descansando
 y recuperándose en Pheriche - una opción más moderada
 (y en contexto) que pasarse de frenada y regresar a KTM. 
Abajo, fiestecilla de Campo Base, que no decaiga. 
Ambas son imágenes de la agencia Adventure Consultants
que cuida a los suyos pero sin perder el objetivo. 


Claro que depende de la tienda o, por extensión, de las comodidades disponibles en el campo base. Una expedición minimalista al Karakorum puede agradecer simplemente descender un par de días y respirar aire denso, incuso si el paisaje sique siendo yermo y despoblado. Pero ¿Qué cara pone un rico miembro de una expedición bien financiada al Everest, que disfruta de un CB con bar bien surtido, alfombras de diseño, TV de alta definición, cocineros especializados que preparan sushi - de hecho, aprenden la cocina típica del país de procedencia de los expedicionarios -  o pizza en el Campo 2 (suben un horno a 6.400m!!), colchones de latex para dormir... si le llevan a "recuperarse" a un cutre-lodge en Tiengboche, con paredes de contrachapado y el habitual "sota caballo y rey" en el menú de la cena? Pues mala cara, claro. Y eso es lo último: el cliente paga y debe de estar contento.

Durante la primera década del siglo XXI, los jefes de las agencias de expedición creyeron dar con la solución. Algo a lo grande, será por dinero... Y subieron a sus clientes/expedicionarios a un helicoptero (uno de los que vuelan varias veces cada día entre el campo base y las aldeas valle abajo) y los llevaron directamente a un hotel de lujo en Kathmandú. De ahí que el descanso tuviese también bastante de Rock and Roll, asdemás de spa, cocteles - y un tipo tocando el piano en el restaurante. Y a las 48 horas, otro helicóptero llevaba de vuelta a los recuperados montañeros de buelta a la montaña para, esta vez sí, alcanzar la gloria. Un planazo, ¿no?

Pues no. Las agencias pusieron en práctica aquella hedonista (y carísima) táctica apenas un par de temporadas. Ta vez no había helicópteros para todos. Tal vez el presupuesto se disparaba incluso para "ésos" montañeros. Pero seguramente lo que demostró que no era tan uena idea fue el impacto de la vuelta al mundo real - bueno, al mundo real de los ricos, que mola bastante - en modo tan breve, y luego hacerlos regresar a la promesa de gloria, sí, pero también a la certeza del esfuerzo más allá de los conocido, del frío y del miedo. O incluso, del fracaso, porque ninguna agencia garantiza la cumbre (o están engañando a sus clientes). Esta bien un poco de Rock and Roll, pero en exceso ya sabemos que engancha :-)

Encuanto a las tácticas sustitutorias, los nuevos modos y, por desgracia, la cadea de graves accidentes, han impuesto estrategisas dferentes que, básicamente, consisten en aclimatar antes en otros lugares y luego permanecer menos tiempo en la montaña. Esa práctica, además, está al alcance de más equipos, tanto comerciales como, "independientes" (les gusta llamarse así, aunque es una calificación un tanto laxa).En el caso del Everest, un buen número de expedicones de ambos tipos se plantean ya una sola ascensión parcial antes del asalto a cima definitivo. Y en ambos casos, se "delega" en personal contratado la tarea de equipar la ruta y avituallar los campos. Por eso, entre otras cosas, los 16 cadáveres que el año pasado dejó una avalancha en la cascada de hielo del Khumbu eran todos Nepaleses, que estaban en la montaña trabajando. Los escaladores estarían escalando, o no, no sé, pero allí.

11 de junio de 2015

Allá películas...

¿Recuerdan aquella película, "Vertical Limit", en la que unos risueños escaladores dinamitaban el K2? Yo sí. Mientras algunos amigos se ofendían frente a la pantalla contando incongruencias (algunos montañeros tenemos poco sentido del humor), a mí me daban risa las mozuelas sin gafas de sol a ocho mil metros, o ese aguerrido muchacho saltando sobre los abismos, piolets en ristre, hacia una pared de hielo de la que quedaba colgado como un imán de nevera.

Explosiones a ochomil, lo normal en el K2. Más en el vídeo de la película

Se nos olvidó que la realidad siempre supera a la ficción: al invierno siguiente, una de las pruebas de copa del mundo de escalada en hielo incluyó un paso similar, con salto de pared a pared y todo. Lo de dejarse las gafas en la "zona de la muerte" aún no lo he visto, pero no lo descarto. Por lo que sé, el K2 no ha sido bombardeado todavía pero, en los tiempos que corren, más vale no dar ideas a alguno de los elementos que deambulan por la región y que ya han causado bastantes desgracias.

Aquellas fiestas con "plumas" de colores...
Volviendo a la película: entre unas y otras derivas mentales del equipo de guionistas, había una escena en la que descubrí una representación fiel de la realidad. Se trataba de una fiesta a pie de monte donde escaladores, sponsors, equipos de filmación y demás fauna campobajera bebía cubatas y bailaba al son de la música, junto a una tienda de campaña del tamaño de Las Ventas.

Ed Viesturs, de cameo (y de fiesta) en "Limite Vertical"
Nadie me creyó, pero aquella imagen me sorprendió por su realismo surrealista... y porque entre los figurantes ví al mismisimo Ed Viesturs (no un actor, sino un alpinista real, el primer estadounidense que coronó los 14 ochomiles) en pleno cameo. Nunca pensé que un himalayista "pro" se atreviera a formar parte de aquella confesión cinematográfica: se supone que las montañas son duras, que allí todo es sufrimiento, espiritulidad, heroísmo, superación y armónico contacto con la naturaleza. Y sin embargo, esas fiestas tan anti-épicas y anti-dieta-sana son ciertas, y ocurren precisamente en el tipo de expediciones como la descrita en "Límite Vertical": aquellas en las que fluye más el cash que el oxígeno embotellado (y eso que fluye que da gusto). Ya saben, uno de esos secretos de campo base que, creía yo, quedaban en el Campo Base. Lo único que fallaba era la montaña frente a ellos. Aunque el confort llega tan lejos como el dinero lo lleve, el CB del K2 es demasiado alto, austero y pakistaní como para montar tanto pollo (hay celebraciones, pero algo más sobrias).

Esas fiestas, en las decadas de los 90 y los 2000 eran, definitivamente, territorio Everest.

No me entiendan mal, tampoco es que el campo base de la vertiente Nepalesa (la cara que da al Tíbet es mucho más cutre) sea la nueva Ibiza. Los saraos más destacables son generalmente coto de las grandes expediciones comerciales cuyos clientes no solo pagan un pastón para formar parte de ellas, sino que el patrimonio y capital del grupo, en conjunto, supera holgadamente el PIB del país que los acoge. Los montañeros más profesionales, aunque algunos iban (hasta la crisis, ejem) muy bien patrocinados, no estaban para tales dispendios, pero si tenían suficiente prestigio podían contar con una invitación por parte de sus millonarios vecinos. Y los de las expediciones low-cost, pues nada, a aguantarse con un bol de palomitas en la tienda-comedor, el saco escarchado y tapones en los oídos.

Cámas, Everest, ¡acción!
Este fenómeno, como decia,empezó en los años 90. En 1996, el CB del Everest se llenó como nunca antes: docenas de alpinistas de docenas de países apuntaban a la cumbre, como su reto de una vida o como uno de los catorce a completar; había expediciones nacionales, lobos solitarios, grupos de soñadores, varios aspirantes a "primeros de", y un equipo de cine IMAX con abundante presupuesto y cordada de diseño: el cámara-alpinista, el hijo de Tenzin Norgay como jefe de sherpas, la "chica" modelo y montañera (Araceli S.) y, por supuesto, una buena troupe de apoyo.
Imagen de David Breashears publicada en Nova Online. Los informes de Audrey Salkeld
en aquella web, publicados segun se desarrollaban los acontecimientos,
constituyen uno de los mejores documentos de la tragedia. 
También las expediciones comerciales alcanzaron su plenitud con el primer gran pique entre dos empresas dedicadas al tema: Mountain Madness y Adventure Consultants, cn sus respectivos líderes (Scott Fisher y Rob Hall), embarcados en una carrera silenciona por ver quien ponía más clientes en la cima, para lo cual no ahorraron en sherpas, material, oxígeno, maquinones ex-sovieticos contratados como guías y grandes tiendas para fiestas en el campo base. Un polvorín, vaya. Casi más explosivo que el K2 de "Limite Vertical". Solo faltaba la tormenta perfecta el día de cumbre. Y ésta llegó, horas antes de lo previsto, pero justo a tiempo para desencadenar la tragedia.

Más les hubiera valido rezar por menos cumbres, y menos muertos. Ocho de los casi 50 que intentaron la cima aquel día fallecieron durante el descenso. Entre ellos... bueno, mejor no sigo, ara evitar spoilers. Ua vez más la realidad superaba en épica a la ficción y, dentro de poco, veremos la película de los hechos. Ya lo adelanté en FaceBook y ahora pongo aqui la info en contexto. Sobre aquel triste episodio se escribieron muchos libros y se realizaron algunos documentales, pero ésta es una película dramatizada por completo, y al parecer con elenco solvente: Jake Gyllenhaal, Josh Brolin, Robin Wright, Keira Knightley. Échenle un vistazo al trailer en YouTube porque es espectacular.

Más en la página de Facebbok de la productora Working Title Films

 Ignoro cómo será el guión, pero las imágenes me han impactado: muchas de ellas son perfectas copias de las que envían cada año los alpinistas desde las grietas del Khumbu, el valle del Silencio, el escalón Hillary, y la misma cumbre, que resulta poco vistosa en comparación... No sé si habrá escena de las fiestas del Campo Base, pero muchas otras, que reflejan momentos más dramáticos, podrían dejar a los excepticos que resoplaron viendo "Limite Vertical" sin palabras - y con los pelos de punta.


3 de junio de 2015

El secreto de Messner

Si les interesa algo la montaña, les sonará el nombre de Reinhold Messner. Es un alpinista, sí: en concreto, el primer ser humano que holló la cima de los "14 ochomiles" (las 14 montañas del planeta que superan los ocho mil metros de altitud).
Messner en el castillo de Juval, Autor: Vale93b en Wikimedia Commons 
Pero es más que eso: un niño prodigio de la escalada, que intuyó posible y luego demostró con hechos lo que para otros era fisicamente absurdo (el séptimo grado de dificultad); un aventurero visionario; un personaje controvertido, cómo no; un escritor prolífico; un millonario excéntrico que vive en un castillo rodeado de prados donde -dicen- ha cambiado las vacas lecheras por yaks tibetanos; un gurú para tres generaciones de montañeros... Messi, Pelé y Di Estefano juntos, si se hubiera dedicado al fútbol.

Yo me he visto cara a cara dos veces con Herr Messner, ambas después de su retirada del alpinismo de vanguardia, y en ambas ocasiones he de decir que lo que su discurso ha sido interesante, coherente, y alejado de toda vanidad o controversia. Una frase en concreto me dejó pensando entonces y, con el paso de los años, ha cobrado sentido... tal como yo me temía.

Periodista novata, le pregunté a Messner si seguía haciendo montaña después de retirarse como profesional, y como se sentía ante ascensiones modestas, él que había batido los grandes récords de la escalada. Ahora que miro atrás, me parece que fui un poco impertinente. Desde luego, el héroe de los Dolomitas podría haber contestado con bocetos de proyectos más o menos hermosos y falsos, como alguna actriz decadente que, con un micrófono junto a su nariz, hablara de rodajes en los que está inmersa, y que luego jamás llegan a plasmarse en una pantalla. Podía haber dicho que la literatura ocupaba todo su tiempo, o que las montañas perdían su interés una vez conquistadas. Podía, pero no lo hizo. Contestó algo así:

Cumbres crecientes
"Los retos siguen ahí, porque desde hace unos años - me dijo - me crecen las montañas. Cuando miro hacia las cimas, veo que cada vez son más altas, más lejanas. Un sietemil pasa a ser tan duro como un ochomil, un sexto grado como el séptimo. Y yo mantengo la ilusión, porque el desafío no mengua. Las montañas de mi infancia se han convertido en colosos."

No sé si Messner repite esas palabras en cada entrevista o nunca más las dijo, si fue una reflexión profunda o lo primero que se le ocurrió. Lo cierto es que cayeron en la carpeta de "para cuando sea muchísimo más mayor" de mi cabeza, y ahí se quedaron. 

Hace dos días cumplí un año más y los tresmiles de los Pirineos crecieron unos cuantos metros. Pienso en ello mientras me preparo para ascender uno de ellos como cronista y fotógrafa de guardia. Se trata de una ascensión que realizo cada año con un grupo de personas de cierta empresa. Sigue siendo uno de los mejores trabajos de mi trayectoria y cada año vivo una experiencia fantástica compartiendo esfuerzos y risas con ellos. Pero las cumbres ya no son las mismas. En el 2009,cuando nos conocimos, hicimos la travesía del Vignemale, y me maravilló la capacidad de esfuerzo de aquel valiente grupo de (la inmensa mayoria) inexpertos en montaña, que completaron lo que para ellos fue una agotadora travesía de dos días a base de tesón y motivación. Yo no recuerdo un cansancio excesivo subiendo aquel pico, que además ya había ascendido previamente. La pasada Semana Santa regresé al Vignemale con esquís de travesia - y casi no consigo llegar a cumbre. No entendía qué pudo ocurrir hasta que me acordé del secreto de Messner. ¡Claro, es que está altísima! ¡Madre mía, hay que ver cómo ha crecido! 

Ahora me preocupa mi próxima misión como cronista en el Perdiguero. Los inexpertos de entonces han aprendido, han entrenado y, alguno que otro, incluso ha sacado provecho de sus pocos años practicando triatlon o extremeces por el estilo, mientras que el pico en cuestión debe de andar ya por los cinco mil metros. Y yo sin aclimatar. 

Las primeras luces prenden en la cima del Vignemale (cada vez más alto). Gran foto de Antonio Fernández. 


28 de mayo de 2015

Elecciones

Dicen que en las montañas se fraguan amistades de por vida y odios eternos.

La mayoría de mis amigos y conocidos son, con mayor o menor intensidad, gente de monte. Es lo normal, teniendo en cuenta que yo misma llevo vinculada a la montaña, por profesión y por afición, desde hace dos décadas. Lo dicen mi CV y algunas fotos descoloridas que aún conservo. También podrían atestiguarlo así algunas personas a quien conocí siendo veinteañera – ¡alguna vez fui de eso! - y con las que todavía mantengo contacto regular. De hecho, aparecen conmigo en las imágenes... Tal vez con más pelo, la piel más tersa, unos forros polares horrorosos (¿O creían que los ochenta no llegaron a las cumbres?) … Pero la misma profundidad en la mirada de los que miran al horizonte desde las atalayas, y que aún conservan cuando, de nuevo, oteamos el siglo XXI desde otra cumbre compartida. 

Hace muchos, muchos años, en un lejano refugio (de los Ecris, Alpes franceses).
El de los calcetines morados - del short/gayumbo ni comento - está invitado a mi cumpleaños la semana que viene.  

Me siento afortunada. O mejor dicho, me siento orgullosa de haber contribuido tanto como mis amigos y conocidos a mantener el contacto, a saludarnos cuando nos cruzamos en el camino (esa costumbre tan arraigada entre montañeros hasta hace poco), o a retomar conversaciones y recuerdos comunes tras años sin vernos, como si no hubiera transcurrido el tiempo. Porque mantener una amistad, como cualquier otra relación humana, créanme que no es cuestión de suerte. O se riega con esfuerzo, generosidad y ganas, o se agosta y se muere sola, sin enfados, sin despedida, sin motivo, sin darnos cuenta. Un día miramos una foto y nos preguntamos: “¡Anda! ¿Qué fue de éste, de ésta, de aquellos?” No será más que una pregunta retórica, que abandonamos mucho antes de acordarnos de la voz de esas personas, mucho antes de plantearnos buscar su nombre en las redes sociales.

También es cierto que, otra vez como toda relación, tiene luces y sombras. Sabemos mucho y muy poco, al mismo tiempo, los unos de los otros. Podemos discutir con fiereza sobre la dirección del viento, pasar horas buscando el sentido trascendente de la existencia – y no llegar a saber nunca si esa persona tiene hermanos, o cual es su color favorito. Sencillamente, porque nunca ha venido a cuento. Ni importa.  O eso creía yo.

Durante años, mis amigos y yo nos hemos reunido para hablar de picos y vacaciones, de sueños y proyectos. Charlábamos de lo divino y de lo humano con interés pero también con cierto desapego. Es esa  sensación de alejamiento que da declararse inmune a las drogas de la ciudad, por encima de las tristes preocupaciones de los hombres del valle. Encarábamos el futuro  incierto y los “asuntos serios” con el escepticismo tranquilo del que sabe que no somos nada y que sólo un mal paso nos separa del vacío. Cuando internet revolucionó nuestras vidas, con el cambio de siglo, nos hicimos audiovisuales y enriquecimos nuestros cuentos con bellas imágenes de crestas blancas, abrazos de cumbre y roca cubierta de liquen antiguo.

Pero entonces llegó la política. No la política en general -  esa actividad de cínicos y aburridos, esa curiosidad histórica, esa dimensión ficticia que ignoraba la “pura vida” que nosotros habíamos descubierto. Me refiero a la política militante, la de los gritos y las proclamas, la que pide cambio aunque sea a golpes o continuidad con mano dura, la que te apunta con el dedo y pregunta: “¿Conmigo o contra mí?”. La que se vive, en este país, como el fútbol. Viva er Beti’ manque pierda y eso ha sido penalti, árbitro de mierda, porque lo digo yo y porque ése que protesta es de los míos.

Sí; claro que no vino sola, ni de pronto, ni sin razón aparente. Ni voy ahora a extenderme en las razones de unos o de otros, ni los porqués, ni los cómos, ni los cuándos (¡cuánto ni!) Solo constato que, a día de hoy, las lomas nevadas y las paredes de roca cubiertas de liquen han quedado muy abajo en mi muro de Facebook. Que los en los grupos de chat para quedadas de montaña ya no se habla de montañas ni de quedar, como no sea para ir de manifestación. Y que yo, que me creía en armonía con el universo, de pronto me veo rechazando bailes porque no entiendo la música que suena.
Ver el chiste completo del gran Forges en El País del 28 de mayo aquí.

 No es que no me interese la política; me fascina de manera casi científica. Al fin y al cabo soy periodista. Pero como tal asumo que me falta información, me sobra ruido, y que no he encontrado ninguna verdad absoluta que profesar. No sé hilar mis reflexiones con palabras tan grandes: Democracia. Revolución. Dignidad. Igualdad. Para todos. Ni tan rudas: Fascistas. Comunistas. Ladrones. Todos. No sé muy bien qué está ocurriendo y no tengo ni la más remota idea de lo que va a ocurrir. El problema es que los demás sí parecen tenerlo clarísimo. ¡Éste! ¡Ésa! ¡Aquellos! Contemplo la batalla desde el otro lado de la pantalla y de pronto recuerdo… “¡Anda! ¿Qué fue de las montañas, de los planes de vacaciones?”

Miren, yo tenía cuatro años cuando murió Franco, así que no viví la dictadura y de la transición, apenas me enteré. La política no era una opción de interés durante mi juventud y mi adolescencia. Teníamos preocupaciones, no crean, pero eran otras. Y pensábamos que las resolveríamos cada uno de nosotros, no los políticos. Fuimos una generación de individualistas, los de la “X”.Tampoco sé hasta que punto los practicantes de montaña pueden ser más afectos a una tendencia política que a otra o, sencillamente, afectos a la política. Resultó que, al igual que el color favorito, nunca se me ocurrió preguntar. No venía al caso, creí. Igual me equivoqué.


Creo que todo el mundo tiene derecho a defender sus ideas,y a expresarlas. Pero no a presionar para que tome partido o, peor, a que tome su partido o me revele como un ser despreciable. Y para mí,los mensajes insistentes en todo tipo de foros en prnicipi abiertos para otros menesteres es presionar. O ser un cansino de cuidado. 

 Podría alegar mil discusiones sobre el camino a seguir en mitad de la ventisca, o aquel rápel de fortuna, cuando pudimos habernos matado y acepté colgarme de ahí contra mi voluntad pero al final salió bien y acabamos todos riéndonos y enjuagando con cerveza el regusto del miedo… Me resisto a aceptar que aquellos finales delices a prueba de viento y relámpagos, al final se los vaya a llevar por delante un exabrupto ideológico de alguien que ni conozco, por mucha o poca razón que creamos que lleve. Cuando llegue la próxima tormenta, quiero una mano familiar – no un slogan ingenioso.