9 de septiembre de 2015

Demasiado bueno para ser FEDME

Llego a casa y abro el correo. Tengo un email de la FMM (Federación Madrileña de deportes de montaña y escalada), que me ha sido enviado hace una hora. Veamos.

¡Hala, me invitan a ir al Everest! ¡Ole, la casa por la ventana! Al menos en lo que se refiere a titular correos. Luego, claro, resulta que no es para tanto, pero aún así son buenas noticias: Anuncian que los federados pueden asistir al preestreno de la película Everest el próximo día 15. ¡En 3D!Será un segundo prestreno, porque he leído en el Facebook de Calleja que él ya estuvo "preestrenándola" ayer... Pero qué mas da.


Buenas noticias por email - llegado (como puede verse arriba a la derecha) una hora antes a mi bandeja de entrada.


No me importa, porque ¡al fin mi tarjeta federativa sirve para algo! Después de no ver ventaja alguna tras pagar más de cien euros, tener que hacerme otro seguro porque me llueven historias de miedo sobre lo que ocurre cuando tienes un accidente de montaña y recurres a ellos; después de advertirme e un email de que si quedo inconsciente y los cuerpos de rescate cometen el error de llevarme al hospital publico de referencia (a dónde me iban a llevar, ¿a una floristería?) los amigos de Mapfre me rebotarán todas las facturas (que al parecer reciben a su vez ed la seguridad social) para que las pague yo; después de ver cómo mueren en vida las actividades que amaba y no se hace nada ante problemas acuciantes como la situación de los espacios naturales de la comunidad (léase SOS Pedriza)... Al menos voy a ir al cine. Por cortesía de la FEDME (la fede española) y Universal Pictures.

¿Habrá que llevar el gore-tex y el casco, igual que los "jedis" que acuden en formación a los estrenos de Star Wars? Bueno, yo me apunto antes que nada y ya miraré el código de vestimenta... Me dispongo a rellenar el formulario y leo: "Escoge dónde ver la pel·lícula". ¿Pel·lícula? ¿Es una clave...? No. Es catalán. Hmmm... Parece que la Federación Española  va siendo cada vez más "espanyola"... Pero oye, lo que decía, me da igual. ¡Que me voy al cine, cómo mola!
Allá "pel·lículas" 

Relleno el formulario (sin google translator ni nada), incluyo mi número de federado, acepto las condiciones. Y click. Ya está.

No. No está. No quedan entradas para la ciudad de Madrid. ¿Sólo una hora tras enviar la noticia? ¿En un día de diario, a mediodía? Pues qué cine tan pequeño habrán elegido. O que pocas entradas disponibles. O cuántos se habrán enterado de la oferta antes de que llegara a los federados vulgares.

No tengo respuesta. No tengo ganas de buscarle la gracia. Pero, sobre todo, no tengo entrada.

En fin, al menos cuando vaya a ver la peli con público "de paisano" no tendré que protegerme con el casco de las caídas de palomitas. Ni llevar escrito en la frente que, si tropiezo con los crampones y me caigo escaleras abajo todo el patio de butacas, me lleven a donde diga la aseguradora.

Y yo me pregunto... ¿Con quién se habrá federado el tío de la escalera?

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