26 de febrero de 2016

¡Están en la cima, Gerfried! (Primera al Nanga Parbat invernal)

Querido Gerfried,

Es increíble cómo la vida va trazando espirales de imágenes, recuerdos y señales y cómo estos, de vez en cuando, se cruzan de manera misteriosa. Acabo de pasar unos días trabajando en Graz, en tu tierra. Contemplando las colinas nevadas desde la torre del reloj, donde una vez comentamos que me gustaría, un día, ir a esquiar con vosotros. Hace ya años de esto, ¿verdad? El tiempo vuela. Finalmente, el domingo pasado me ví al fin enlazando descensos en Nassfeld, en un día fantástico. Me acordé de tí, claro. ¿Cómo no hacerlo? También de Heidi y de la niña - esa foto que llevabas siempre en el bolsillo de tu chaqueta. Por desgracia, no mantuve el contacto. Creo que mi presencia en el correo solo serviría para reavivar el dolor. O eso me digo para no plantearme que, a lo mejor, simplemente me faltó valor. Sois ya muchos a los que recuerdo en forma de postal deslucida.

Empecé mi semana, te decía compartiendo ideas en la vieja universidad y paseando por las calles del centro al compás de un cuarteto de cuerda. En tu bella región de Estiria. Insistías en ello a menudo en tus mensajes. Hoy estoy de vuelta en Madrid, delante del ordenador y, sin motivo aparente, me he puesto a mirar una página de montaña. Digo que no había motivo porque no suelo consultar ya este tipo de sitios. Hace años que dejé todo aquello, ¿sabes? los seguimientos, las entrevistas, las investigaciones, las primicias (esas noticias de cumbre de madrugada)... y también los aludes, las llamadas, las esperas, las malas nuevas... Y al abrir la página me he quedado sin aliento. ¡Es el Nanga Parbat, Gerfried, ha caído al fin!


Aunque supongo que ya lo sabes, ¿verdad? En realidad, seguramente estabas allí. Me pregunto si Alex y Alí te habrán incluido en su abrazo de cumbre.

Venía también Simone, el italiano. Ya sabes, está casi tan obsesionado con el Himalaya invernal como tú. El Nanga, el K2, el Gasherbrum I. Sí, tu Hidden Peak. Aún me acuerdo, un año tras otro: la nueva ruta, la exploración, las condiciones de un perfecto infierno helado, las retiradas al límite y, siempre, siempre, la promesa de volver. La primera invernal a aquel pico del Karakorum debía ser tuya por derecho. Tan tuya ella y tú tan suyo que al final te arrancó la vida. El final de las novelas, pero con las lágrimas reales de los que dejaste en tus "otras" montañas de Schladming.

 No sé... pensé que podría haberse escrito otro final. Uno como el de hoy.... o como el de mañana, porque esto aún no ha terminado.

Tus amigos han llegado al caer la tarde. Están de bajada al Campo 4. No puedo pedirte nada, claro pero, si los ves, si pudieras... ¿Te llegué a contar que yo conocí a Alex Txikon metido en una ambulancia? Se lo llevaban a Zaragoza a curarle unas congelaciones que se trajo como souvenir del Kangchenjunga. Ya sabes cómo es, iba haciendo chistes. Y deseando volver. Supongo que un momento como el que han vivido hoy a las tres y media de la tarde ha compensado todo. Supongo que merece la pena. Para él, para tí, para los que llevais el aire enrarecido en cada célula. Para Artur Hajzer, para Iñaki, para Olson, para Manel.... ah, son demasiados. Yo trato de entenderlo y comparto vuestro entusiasmo. Pero no quiero acumular más recuerdos ni contar más muertos ni escribir más cartas al cielo. Que bajen pronto y bien. Prefiero que sean ellos mismos quienes relaten la historia de la ascensión. Aunque sea a otros.

Gerfried Göschl, maestro y alpinista, Nacido en la región austriaca de Estiria en 1973, murió en invierno de 2012 intentando el GI invernal.

Actualización: Alex Txikon, Alí Sadpara, Simone Moro y Tamara Lunger regresaron al Campo Base del Nanga parbat el 27 de febrero. 



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